sábado, 29 de septiembre de 2012

GRACIAS TONI!


Apoyado en la pared esperando a que el tiempo transcurriera, las moscas revoloteaban por mi cara obligándome a estar continuamente con las manos en movimiento para espantarlas. No éramos muchos, algunos con cara triste, apesadumbrada y otros charlando animadamente contándose lo acontecido en el tiempo que no se habían visto. El coche fúnebre aparcado delante de la puerta de la iglesia ponía en situación a los viandantes que pasaban por la plaza. Pocos eran los que se encontraban dentro de la iglesia siguiendo el rito religioso. En mi soledad me dio tiempo a recordar los  años pasados de mi infancia en los que había tratado con el fallecido. Gracias a él conocí el vídeo y la tele en color, mis primeras colecciones de libros eran las que nos regalaba porque ya no le cabían en las estanterías. Algunos de los regalos de Navidad; libretas, lápices y gomas de borrar eran para mi los mejores presentes del mundo. La última vez que lo vi fue en la sala de espera de nuestro Centro de Salud, hablamos de política y de religión. El tenía ideas muy progresistas, nunca creyó en la Iglesia como institución y ahora las costumbres locales y tradiciones culturales habían “obligado” a su familia a enterrarlo siguiendo el rito católico, “invitándole” a entrar en un recinto que apenas había pisado en vida. Aunque pensándolo bien, ahora tampoco la estaba pisando, más bien descansaba fresquito en su envoltorio de pino mientras los demás estábamos pasando calor y soportando a las pesadas moscas. El clásico pasacalle hasta el cementerio fue rápido, él en el mercedes de alquiler y nosotros detrás con paso  ligero buscando las sombras de los nichos que nos cobijasen del calor. Tras pasar el ataúd por la obertura de su última morada y mientras decenas de ojos inspeccionaban el cierre, le dedique un último pensamiento; que tus ideas sigan fluyendo en la eternidad y que alguien las pueda aprovechar.