lunes, 23 de julio de 2012

ABRIÓ LOS OJOS


Abrió los ojos. Tenía un terrible dolor de cabeza e intentó tocarse la frente, pero no pudo. Las manos no las podía mover, se asustó. Intentaba entender que pasaba, se encontraba tirado en el suelo con las manos atadas a la espalda, estaba encerrado en un habitáculo pequeño que en vez de puerta tenía una reja. 

Francisco era un trabajador con mujer y dos hijos, vivían en un piso hipotecado en las afueras de la ciudad. La empresa para la que trabajaba suministraba material a las obras de la Comunidad Autónoma, cuando comenzó la crisis él no se preocupó. En el 2010 la empresa no pudo aguantar los impagos de la administración y tuvo que presentar un ERE de extinción de contratos, Francisco se fue a la calle, no le importó, cogió el dinero y se fue a buscar trabajo, él era un profesional no tendría problema para encontrar trabajo. Comenzó la ronda de contactos y la presentación de curriculums en las empresas del sector, la misma respuesta “con la crisis no podemos contratar a nadie, nos sobra gente”. Los años pasaron y seguía sin encontrar trabajo, la prestación por desempleo se agotó. Hacia faenas esporádicas que le reportaban exiguos recursos económicos. La crisis continuaba y los políticos solo recortaban servicios y subían impuestos, pero eran incapaces de solucionar nada. La situación era desesperante, entró en una profunda depresión que le ocasionó la separación y la perdida de sus hijos.

Se encontraba sentado en un parque de la avenida, se había quedado bloqueado, en sus manos tenía una carta del juzgado donde le anunciaban que en 15 días le embargarían el piso. No sabía que iba a ser de él. De repente una comitiva llegó al parque, muchos trajeados, recordó haber visto un cartel anunciando la inauguración de una fuente nueva que había costado la friolera de 300.000 €. se indignó, él se quedaba sin casa por 30.000 € y estos políticos mediocres que no pagaban sus deudas, malgastaban el dinero en chorradas. Se levantó y se dirigió a donde estaban todos,  se quedaba en la calle, pero no se quedarían sin escucharle, les iba a decir lo ladrones, corruptos e ineficaces que eran. El que hablaba a la concurrencia era un alto cargo del gobierno autónomo, uno de esos que según los periódicos llevaba viviendo de la política más de 20 años y que estaba siendo investigado por un presunto delito de tráfico de influencias. Francisco no lo dudó y comenzó a gritarles; desde sinvergüenzas, inútiles que no sabéis gestionar el dinero, corruptos, menos políticos y más empleos, políticos dimisión, etc. Gritó todo lo que pudo hasta que llegó la seguridad y sin ningún miramiento lo sacaron a rastras de allí, no sin antes agradecerle todo lo gritado con unos cuantos porrazos en la cabeza, la espalda y las piernas. Lo dejaron tirado en un banco a unos 200 metros del lugar advirtiéndole que si volvía a molestar se lo llevarían detenido. Pasado un buen rato, apenas recuperado, se encaminó para casa. La mala suerte quiso que pasara por delante del bar donde un grupo, encabezado por el político de la inauguración, estaban tomando un refrigerio, pero la cosa empeoró cuando lo reconocieron y este (con unas copas de más) quiso vengarse. Se levantó y cortándole el paso se encaró con él. Le dijo muerto de hambre, revienta actos, que si le habían pagado los de la oposición. Mientras la claque y  lameculos oficiales le apoyaban y reían los insultos. Francisco no se amilanó y le dijo que era un político corrupto, que se había hecho rico con sus cargos, que era un inútil que no sabia gestionar el dinero de todos y que mientras la gente se quedaba sin trabajo, sin casa y se rompían las familias  el se gastaba miles de euros en fuentes decorativas. La respuesta fue un bofetón y un empujón  que lo lanzó al suelo mientras le decían que se jodiera, que los de su clase habían nacido para servir a los bien nacidos como él... A partir de ahí todo era confuso, recordaba vagamente la rabia que le reconcomía las entrañas, haber cogido una piedra que encontró cerca  y mientras gritaba que los políticos como él le habían jodido la vida,  golpeó repetidas veces con ella en la cara  del alto cargo, después gritos, golpes y oscuridad.

Un policía entró en la celda, le quitó las esposas y le ayudó a llegar al camastro. Le tiró un periódico al pecho donde en grandes letras y muchas fotos se destacaba la siguiente noticia; “UN EXTREMISTA ASESINA A UN MIEMBRO DEL GOBIERNO AUTÓNOMICO”.