Abro los ojos. La oscuridad me
invade. Giro la cabeza, son las 04:22h. de la mañana. Comienza un nuevo y
repetitivo día. Ahora toca dar vueltas y vueltas, cerrar los ojos fuertemente e
intentar dormir hasta que suene el despertador. Medio bien, medio mal logro
llegar al timbre que marca el inicio de las actividades del día. Me levanto con
esa sensación de pesadez en la boca del estomago y con esa tensión en hombros y
cuello que no consigo hacer desaparecer. El día no es complicado, pero no me
traerá ninguna novedad que mejore mi
situación. Llevar a los niños al cole, charlar con el resto de papás y mamás
que están como yo, volver al hogar. Hacer algo de faena en casa, mirar ofertas de empleo por Internet, enviar
CV’s (si encuentro algo interesante), intentar leer algo que me enganche y me
distraiga. Las horas pasan con esa sensación de perdida de tiempo. Luego si
tengo ánimo me iré a correr un poco, me servirá para auto-convencerme de que "hoy he
hecho algo útil". Mas tarde comida
familiar y deprisa a casa a “descansar”. Preparar las meriendas de los niños.
Ir al cole, recogerlos, deberes, plaza,
parque, juegos y vuelta a casa. Que dejen las cosas en el sitio, duchas, cenas,
ver dibujos en la tele y esperar a que llegue mi mujer. Se escucha la llave, se
abre la puerta. El entorno cambia, se relaja el ambiente. Ella llega cansada,
pero feliz. Reparte besos y abrazos. Nos pregunta como ha ido el día y casi sin
poder cambiarse, comienza de manera automática a recoger en la cocina, a meter
ropa en la lavadora, a sacar lo de la secadora, a pasar la escoba. No para. A
medida que va haciendo va preguntando que he hecho hoy. En algunos momentos se
enfada un poco, me dijo que hiciera alguna cosa y yo no la he hecho, ni
siquiera recuerdo que me pidiera hacerlo. Pero enseguida se le pasa. Intenta
animarme con anécdotas del trabajo, dice que hay amigos que se han interesado
por mi y que me tienen en cuenta. Que no me preocupe, que todo cambiará. Que
aproveche para disfrutar de mis hijos y para hacer todo lo que en veintitantos
años trabajando no pude hacer. Ella no sabe que para poder disfrutar de algo
tienes que desear hacerlo, ahora mismo, yo solo deseo sentirme útil aportando un
sueldo a casa.