Domingo. Comida Familiar. En el
momento del café y los licores. Tras el vino y la cerveza ingerida en la comida
las lenguas se sueltan, las mentes se relajan, y el ambiente sosegado y
tranquilo invita a la conversación.
-
Está todo igual de mal, está crisis no se arregla -, dejó
caer Antonio para iniciar la conversación.
-
Como se va a arreglar… si aquí el que no corre vuela-,
comentó Eduardo.
-
Está crisis es por culpa de todos. Todos somos unos
aprovechados-, sentenció Inma (la mujer de Eduardo).
-
¿Cómo qué de todos?. Este problema viene por culpa de
los especuladores y por los políticos corruptos e ineptos que nos gobiernan. No
¡de todos!, faltaría mas-, dijo Antonio comenzando a acalorarse.
-
Está crisis se acabaría si todos pagasen sus impuestos,
si nadie se llevase su dinero a paraísos fiscales, si los que están cobrando el
paro no trabajasen en negro, si todos los profesionales cobrasen sus honorarios
con la correspondiente factura….
-
Sí no sacáramos las medicinas con la cartilla de la
abuela para que nos salgan gratis, si los médicos no recetaran más pastillas
que las que corresponde al tratamiento, si estos no se dejarán “untar” por los
visitadores médicos para que receten las medicinas de su empresa farmacéutica…
(seguía argumentando Inma apoyando a su marido).
-
Pero vamos a ver, eso sucede porque no hay ningún tipo
de control. ¿Cuantas inspecciones de hacienda se realizan?, ¿Cómo hacienda no
investiga a un “fontanero” por decir algo, que declara pocos ingresos y resulta
que va en coche de alta gama, tiene casa, chalet y viaja con mucha
frecuencia?-. dijo Antonio defendiendo su postura.
-
Todos somos unos chorizos, cuando podemos nos
aprovechamos de la situación y le sacamos más beneficio de lo que toca. En el
Norte de Europa no pasa, pero en España somos todos “fenicios”, nos gusta el
trapicheo, sacar el máximo rendimiento a las cosas y lo más rápido posible, sin
importarnos si es legal o no. Esto no tiene arreglo-, insistía Eduardo.
-
Yo creo que sí. No podemos seguir permitiendo está situación.
Político que robe… que devuelva lo robado y castigado duramente. Políticos que
gestionen mal… a la puñetera calle y que se responsabilicen del daño que
ocasionan a los ciudadanos, más impuestos para el que más gana, penalizar la
mala gestión bancaria y perjudicial para sus clientes y no que se vayan de
rositas con indemnizaciones millonarias…
-
¡Qué no hay remedio!- , le cortó Eduardo en voz alta.
En ese momento
Antonio sintió en su hombro la mano huesuda y deforme (por la artritis) de la
octogenaria iaia Esperanza y sin que nadie se lo pidiera, intervino:
-
Eduardo, no por gritar más tienes mayor razón. Lo
situación está mal. No sé si somos fenicios o griegos. Lo que la vida me ha
enseñado es que si uno no se esfuerza por cambiar las cosas estás nunca cambian.
Si la cosa está tan mal, ¿por qué no hacéis algo?.
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