San Pedro dormitaba en su garita mientras
permanecía de guardia a las puertas del cielo. Le gustaba la ropa clásica y
seguía vistiendo la típica toga romana de color blanco acompañada de unas caligas a juego. En una de sus
cabezadas creyó soñar con un ángel que en forma de mujer le tocaba el hombro
con manos de dedos torcidos. No era un sueño, allí estaba ella, con su mejor
traje y su cara de contrariedad por no atenderla con prontitud.
A ella le hubiese gustado presentarse con su níveo pelo recién salido de la peluquería, no pudo ser y en el fondo la irritaba.
— "Sin hijos, pero ha criado a tres generaciones. Su casa ha sido el hogar de toda la familia durante décadas. Ha intentado educar, de la mejor manera posible, a todos los que han pasado bajo su cuidado. Trabajadora, generosa y toda una vida dedicada a los demás."
Impresionante. Un historial que está muy por encima de la media. Ahora mismo le abro la puerta para que pase a la zona de recepción. Allí le darán instrucciones de cómo proceder, pero por lo que he leído seguro que le asignan un papel destacado, también tiene la opción de elegir a que va a dedicarse durante toda la eternidad.—
A ella le hubiese gustado presentarse con su níveo pelo recién salido de la peluquería, no pudo ser y en el fondo la irritaba.
San Pedro la observó con detenimiento, se
apoyaba en un bastón e irradiaba mucha fortaleza. Comprobó en su ordenador el
fichero de creyentes, ahí estaba; María, de Casa el Seco, casi noventa y ocho
años de edad. Leyó su ficha con detenimiento y se quedó asombrado de su currículum,
era una de los mejores miembros de la Comunidad. Había una pequeña
anotación al margen que lo ensombrecía un poco: "es una
rebelde que se niega a abandonar a su familia, nos ha costado mucho convencerla
para que iniciará el viaje hacia la luz". Luego leyó en voz alta para que ella le
escuchará:
— "Sin hijos, pero ha criado a tres generaciones. Su casa ha sido el hogar de toda la familia durante décadas. Ha intentado educar, de la mejor manera posible, a todos los que han pasado bajo su cuidado. Trabajadora, generosa y toda una vida dedicada a los demás."
Impresionante. Un historial que está muy por encima de la media. Ahora mismo le abro la puerta para que pase a la zona de recepción. Allí le darán instrucciones de cómo proceder, pero por lo que he leído seguro que le asignan un papel destacado, también tiene la opción de elegir a que va a dedicarse durante toda la eternidad.—
— A mi me dejan tranquila y deme una silla
que me estoy cansando de estar de pie.— Le respondió ella con tono de
cansancio.
— El viaje agota, es normal que se encuentre así. En cuanto entre por la puerta notará la transformación que se
producirá en usted: físicamente aparentará la edad en la que se sienta más
cómoda, dejará de sentir ningún tipo de placer o dolor corporal, se convertirá
en un Ser Celestial.—
— A mí eso me dona igual, lo que yo quería era seguir estando y continuar cuidando de la familia que eso es lo más importante. Y ara anem
cap a dins y déjese de monsergas.—
San Pedro le abrió las puertas y la
acompañó a recepción, nada más cruzar la puerta del cielo el cambio se produjo;
rejuveneció decenas de años, dejo de apoyarse en el bastón y su mirada traviesa
se fijaba en todos los detalles. Al
llegar la introdujeron en la habitación del último contacto. La invitaron a
sentarse delante de una pared blanca, seguidamente le explicaron que si quería
podía ver los últimos momentos terrenales que había compartido con su familia.
Luego podría elegir su futuro o se le asignaría una función que cumplir. Ella
que estaba preocupada enseguida aceptó las condiciones y les dijo que pusieran
en marcha la película. Las imágenes se
sucedían de manera ininterrumpida, apenas se detenían en los presentes, al
momento se vio tumbada dentro del ataúd en la iglesia del pueblo.
— Eixò vull
veure-ho bé.— Dijo ella, esa escena le interesaba.
La imágenes retrocedieron hasta la llegada
del cortejo fúnebre, luego la entrada a la iglesia, los que allí se encontraban y el transcurso de
la misa. Después de la comunión sucedió un hecho que no era habitual, Yaiza
(una de sus biznietas sobrinas) se
dirigía al altar y el sacerdote le encendía el micro invitándole a decir unas palabras, ella, con calma
forzada, desdoblo el papel donde había
anotado las palabras que le iba a dirigir y comenzó a leer:
— "Bueno yo solo quería decir que se
ha ido la mejor persona que ha pisado la tierra, la mujer más luchadora, que a
pesar de todo ha aguantado los golpes y baches de la vida como una campeona.
Ahora me arrepiento de no haber podido decirte te quiero todas las veces que me hubiera gustado
decírtelo y si me escuchas ahora mismo desde allí arriba..."—
— Clar que t'escolte filla meua.— pensaba
María.
—" ... ¡Te quiero! Espero que estés
orgullosa de mi a cada paso que dé, porque yo lo he estado de ti y siempre lo
estaré. Yo sé que me darás la mano en mi
camino y espero llegar un día a ser como tú, ya que gracias a ti he aprendido
que hay que luchar hasta el final. Tu camino, desgraciadamente, se ha acabado, pero
espero que en el mío me acompañes cogida de mi mano. Yaya María, estuviste,
estás y estarás siempre en mi corazón ¡te quiero!"—
Un aura de amor envolvió al nuevo Ser
Celestial y confirmó su convicción de seguir velando, desde el Cielo, por los
suyos. Ese iba a ser su papel, se convertiría en el ángel de la guarda de todos
ellos.